Llegaste una mañana de primavera, temprano, muy temprano, después de
una noche dividida entre la curiosidad, las ganas y el miedo.
Curiosidad por saber cómo serías.
Ganas de tenerte en mis brazos.
Miedo a lo desconocido.
Pequeñita, llegaste muy pequeñita y con unos ojos enormes,
abiertos, muy abiertos como queriendo devorar el exterior que acababas de
conocer.
Todo era incertidumbre pero en un segundo se convirtió en
sabiduría para tenerte, cogerte, besarte, quererte.
Eras mía, parte de mí.
No
llevabas ni dos minutos conmigo y ya formabas parte de toda mi vida.
Eras una
Luz de amor que llenaba mi alma de una manera que jamás habría podido imaginar.
Crecí y crecí en esos dos minutos como no lo había hecho en
todos los años de mi vida.
De repente era mayor, aquello que se movía en mis
brazos tenía vida propia y me miraba, me hablaba de alguna manera, me llamaba
mamá sin articular palabra.
Comprendí, de repente, que acababa de ganar un título sin ir
a clase. Que tenía que empezar a tomar lecciones sin guías ni textos. Que no
sabía si aprobaría.
Lo único que veía claro es que tenía unas ganas locas de
quererte.
M.F.F.
M.F.F.
precioso!!!! me ha emociano y tengo los pelos de punta..... se parece tanto a mi propia espericiencia que da miedo :)
ResponderEliminarQue maravilla poder compartirlo verdad?
Gracias.!!! Yo creo que es la experiencia más bonita y la que más "miedo" y alegría da a la vez. Compartirlo es una gozada.
Eliminar