Después de seis días de colores, luces, lunares, guitarras y
rebujitos, la feria de Abril se acaba. Llega el descanso, nada cansado, de lo
bueno, la alegría, el compartir casetas y sevillanas. Qué poco cuesta no dormir en estos días,
olvidarse de la crisis y de las penas. Todo es lucir sonrisas y trajes nuevos,
calesas y caballos.
Digo yo que, en medio de todo este aluvión de recortes y
allí te quito y aquí te pongo, tenemos derecho a disfrutar y vivir. Después del
recogimiento de la Semana Santa llega el estallido de luces de la feria.
Entrar en el recinto ferial es entrar en otro mundo por el
que te guía el olor a “pescaito”, el
cruce del sonido de las sevillanas y el revolotear de los lunares de los
volantes de los miles de vestidos que por allí pasean.
Ya se terminó…, se apagan las luces… nos llevamos el
recuerdo en el alma y atado a la muñeca o al cuello, con un lazo, lo que allí
hemos vivido. Se apagan las luces… sí pero de este año.Ya se empiezan a
encender en nuestras cabezas los decorados de las casetas del próximo, cómo
serán los vestidos, qué flores para el pelo, cómo adornar los caballos, y así vamos empezando a vivir la
próxima feria que tendrá su culminación en abril del 2013.
Se apagan las luces…
se vislumbran las próximas.
¿Has estado en la feria de Sevilla?
Cuéntanos tu experiencia
Cuéntanos tu experiencia